EL SER DE LUZ
Si nos detenemos en contemplar la vida que nos rodea, observamos que está en constante movimiento e incesante transformación.
El mecanismo que mantiene y hace posible que se desarrolle todo lo existente, se produce a través de un intercambio constante de energía que es absorbido y liberado. Si nuestra vista pudiera alcanzar a ver esa energía, se abriría ante nuestra mirada la visión al espectáculo de luz y color más asombroso y fantástico producido por la creación,
como si todo a nuestro alrededor estuviera envuelto y bañado por una ligera neblina translucida de múltiples colores en un constante vaivén. Los objetos a parte de tener su consistencia física, observaremos que desprenden un halo de luz multicolor alrededor de su superficie.
Para comprender este fenómeno, la ciencia y los enunciados en los libros de diferentes creencias filosóficas y religiosas, nos aporta los elementos indispensables que nos demuestra que nuestra naturaleza no es exclusivamente física.
Según el Génesis: “El hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios”.
Este fenómeno esta aún más claramente enunciado en el evangelio apócrifo de Dijimos Judas Tomas, a partir de las revelaciones que Jesús quiso desvelarnos y de darnos como testimonio de lo que en realidad es nuestra propia naturaleza.
El les dijo: ¡El que tenga oídos, que oiga! hay luz en el interior de un hombre de luz, y él ilumina el mundo entero, si no lo ilumina son las tinieblas.
El aura o cuerpo áurico, es un conjunto de fuerzas electromagnéticas de densidades etéreas que irradian todos los cuerpos, emitiendo luz y sonido.

El aura nos mostrara la información sobre el estado de nuestra salud y bienestar general.
Cada aura emite una frecuencia única e irrepetible. El campo áurico comprende una cantidad de emanaciones electromagnéticas, sonoras y luminosas, que en cada persona se manifestara según sus aptitudes mentales en regir su existencia.
Continuara…………………..
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